Además de ser el blanco de aquel famoso ángel de San Valentín y el gran motivador de ilustres poetas y románticos compositores, el corazón humano es el motor responsable de mantener los tejidos orgánicos vivos y saludables. Sin embargo, no solamente un estilo de vida enmarcado por el sedentarismo, la malnutrición y el hábito del cigarrillo ponen en peligro su buen funcionamiento. También aquellos descontrolados intentos por mejorar la aptitud cardíaca a partir de intensas carreras, acaloradas pedaleadas o infructuosas brazadas, aumentan aun más el riesgo de hacer colapsar ese frágil sistema llamado cardiovascular.
El sistema cardiovascular esta compuesto básicamente por tres elementos: el corazón, los vasos sanguíneos (arterias, capilares y venas) y la sangre. Esta última constituye el vehículo transportador de sustancias. Los citados vasos sirven de carretera, y el corazón es la bomba impulsora encargada de empujar la sangre hacia los tejidos para abastecerlos de nutrientes, minerales y oxigeno. Paradójicamente, el normal funcionamiento de esta bomba muscular puede ser alterado por el deterioro de los vasos sanguíneos. Estos a su vez pueden sufrir las consecuencias de una mala calidad de la sangre; como, por casos, un déficit en el transporte de oxigeno o un excesivo contenido graso. La alacena sanguínea donde se guarda el oxigeno es una proteína llamada hemoglobina; sin embargo, cuando en los pulmones hay presencia de monóxido de carbono, el gas toxico que incorpora el cigarrillo, dicha proteína escoge a este nocivo gas y deja sin posibilidades de viaje al oxigeno. Además, por el mismo pucho, la musculatura de las arterias se contrae y aumenta su tensión, generando una mayor dificultad al paso de la sangre.
A consecuencia de fumar un cigarrillo la sangre se encuentra espesa, pegajosa y carente de oxigeno, en tanto que las arterias han aumentado su rigidez (hipertensión), disminuyendo su calibre. Todo este desajuste determina que una misma cantidad de sangre, que antes fluía sin problemas, encontrará ahora serios inconvenientes para cumplir su misión nutricia, dejando a cada tejido con un menor contenido de oxigeno. Entonces, será necesario que viaje más sangre y a mayor velocidad para responder a los requerimientos mínimos de cada célula. Por esta razón, el maltratado corazón deberá esforzar peligrosamente su trabajo, poniendo en serio riesgo las importantísimas misiones de Cupido.
Otro verdadero desafío para la ajetreada labor cardíaca es la malnutrición; es decir, la errónea selección de los nutrientes de acuerdo a sus componentes y en función de las necesidades orgánicas. En primer lugar, la ingesta de alimentos con un alto contenido de grasas, de origen animal, contribuye a elevar los niveles de colesterol sanguíneo y a fijar acúmulos grasos en las paredes arteriales (ateroesclerosis) obstaculizando, otra vez más, el paso de la sangre. En segundo lugar, para una persona sedentaria, que procura bajar de peso, la dieta no es la misma que la de una persona que práctica ejercicios físicos regularmente. En ambos casos, los gastos calóricos diarios son absolutamente diferentes; como así también, la utilización de las grasas como combustible energético en las distintas propuestas de entrenamiento físico.
Durante un ejercicio físico, hasta una cierta y determinada intensidad de esfuerzo, los músculos van extrayendo progresivamente el oxigeno de la sangre para la producción de energía. La llegada de una cantidad suficiente de oxigeno al musculo depende de las condiciones del sistema cardiovascular. Un corazón sano, una elástica red de vasos sanguíneos, y una sangre libre de gases tóxicos, garantizan una optima distribución del oxigeno hacia el tejido muscular. Por otra parte, de la adecuada provisión de oxigeno al musculo depende el mayor uso de las grasas como fuente de energía. Queda claro entonces, la carencia de oxigeno en los músculos limita el logro de mejoras en su funcionamiento y estanca las posibilidades de modelarlos; sin embargo, no es la responsable de los suspiros por las demoras del alado representante del amor.
Recordando que en Argentina las enfermedades cardiovasculares representan la segunda causa de mortalidad en adultos mayores de 35 años, no es difícil determinar que dos de cada tres adultos padecen de afecciones en el funcionamiento de su sistema cardiovascular. De esta ecuación hay que enfatizar que la mitad de estos afectados desconoce su enfermedad hasta que siente los primeros síntomas, cuando estos trastornos circulatorios ya están instalados hace algún tiempo. Entre los síntomas más comunes afloran el dolor en la parte anterior izquierda del tórax, de intensidad progresiva y que persiste por más de 30 minutos hasta varias horas; neurológicamente pueden aparecer fuertes dolores de cabeza, mareos y nauseas. También puede acompañarse de indigestión localizada en la región superior del abdomen. Este cuadro aparece generalmente a partir de alguna emoción súbita o durante la práctica de ejercicios físicos. En cualquier caso, estas señales “tardías” deben reconocerse como alarmas de atención inmediata y no confundirse con imprevistos flechazos del travieso angelito.
A diferencia de las emociones repentinas, los riesgos cardiovasculares por la práctica de ejercicios físicos pueden y deben prevenirse. Es muy importante destacar la necesidad imprescindible de una completa evaluación de la aptitud cardíaca, antes y durante la ejecución de los ejercicios. Un esfuerzo mal dosificado puede exigir al corazón por encima de su capacidad de respuesta. También a los vasos sanguíneos puede dañarlos hasta el punto de provocar, según la región afectada, violentas hemorragias internas con el consecuente e irrecuperable daño en el tejido nervioso. Concretamente, un sobreesfuerzo puede llevar a una detención brusca de la bomba cardíaca y/o a una parálisis motriz de diferente magnitud. Si se realiza una rutina de ejercicios físicos o se pretende comenzarla, es imprescindible la evaluación previa de las condiciones del sistema cardiovascular, el seguimiento diario de su funcionamiento y el control periódico de su evolución. REDUZCA LOS RIESGOS !!!